¡Ya está aquí! ¡Ya llegó! Winter Blues: Cómo nos afecta en los Berkshires y qué podemos hacer
- alexahnder
- 1 dic
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Actualizado: 2 dic
Por:Stephanie Santillan, psicóloga por la Universidad de las Americas CDMX y maestra en Terapia Racional Emotiva Conductual por el ITREM
Cuando llega el invierno a los Berkshires, el paisaje se llena de montañas blancas, chimeneas encendidas y postales hermosas… pero para muchos, especialmente en nuestra comunidad hispana, también llegan los días más pesados, caminos al trabajo dificultosos, falta de energía y un ánimo que parece apagarse con el frio.

Este fenómeno, conocido como winter blues, es más común de lo que pensamos y, en algunos casos, puede evolucionar hacia un trastorno real llamado Trastorno Afectivo Estacional, en sus siglas en inglés SAD (Seasonal Affective Disorder). Es importante darnos cuenta qué está pasando en nuestro cuerpo y en nuestra mente durante los meses de invierno, y cómo afecta de forma particular a las familias latinas en los Berkshires, ese el primer paso para enfrentarlo con herramientas, información confiable y apoyo.
Winter Blues vs SAD: ¿Cuál es la diferencia?
El winter blues describe síntomas leves y temporales durante los meses fríos: menos energía, baja motivación o más sueño de lo habitual.

Cuando esos síntomas aumentan en intensidad e interfieren con el trabajo, la familia o la rutina diaria, podríamos estar frente a SAD, un tipo de depresión que aparece en invierno y mejora en primavera y requiere de atención profesional (psicólogo, psiquiatra o médico).
Según investigaciones recientes (StatPearls, 2024), los síntomas más comunes incluyen:
Somnolencia excesiva
Cansancio constante
Aumento del apetito, especialmente por carbohidratos
Dificultad para concentrarse
Irritabilidad o tristeza persistente
Pérdida de interés en actividades habituales
¿Por qué el Winter Blues es tan común en los Berkshires?

La ciencia muestra que la latitud y la cantidad de luz solar influyen directamente en nuestro estado de ánimo. Un estudio reciente (Kim et al., 2025) indica que quienes viven más al norte, como en Massachusetts, tienen mayor probabilidad de experimentar winter blues o SAD, especialmente entre diciembre y febrero.
En los Berkshires, la luz natural puede reducirse a menos de 9 horas al día. Esta falta de luz altera nuestros ritmos internos, afecta el sueño y modifica hormonas relacionadas con la energía y las emociones. En otras palabras: ¡la biología también siente el invierno!
¿Cómo podemos afrontar el Winter Blues o SAD? Lo que dice la ciencia reciente
En los últimos 10 años se ha avanzado mucho en entender qué realmente funciona. La evidencia señala varias herramientas efectivas:
1. Terapia Cognitivo-Conductual (CBT-SAD): resultados más duraderos

Estudios de Rohan et al. (2015, 2023) muestran que la CBT adaptada a SAD ayuda a cambiar “creencias estacionales”, es decir, pensamientos negativos asociados al invierno y la falta de luz. Este cambio psicológico explica por qué la CBT tiene efectos más duraderos que la fototerapia una vez que termina la temporada.
2. Fototerapia: mejora rápida, aunque temporal
La exposición a luz brillante (10,000 lux por 20–30 minutos por la mañana) es uno de los tratamientos más estudiados (Chen et al., 2024) Ayuda especialmente en casos con mucha somnolencia y baja energía.

3. Actividad física: un antídoto natural
Investigaciones como la de Drew et al. (2021) muestran que el ejercicio regular y las actividades al aire libre reducen significativamente los síntomas. Incluso una caminata de 20–30 minutos en la mañana puede hacer una gran diferencia.
4. El sueño importa más de lo que creemos
Estudios recientes (Wescott et al., 2023) también señalan que quienes experimentan SAD duermen más, pero ese sueño no es restaurador. Tener horarios consistentes para dormir y despertar es clave para regular el ánimo y la energía.
La comunidad hispana: retos y realidades especiales

Las personas hispanas en EUA, especialmente en áreas rurales como los Berkshires, enfrentan obstáculos adicionales para recibir apoyo. Datos del HHS (Departamento de Salud y Servicios Humanos) y estudios entre 2021–2024 destacan algunas barreras:
Menor acceso a servicios en español
Estigma cultural alrededor de la salud mental
Dificultad para reconocer la depresión estacional
Problemas de seguro médico o temor a solicitar ayuda
Por eso, muchos hispanos viven el winter blues sin buscar apoyo, pensando que es “solo cansancio del invierno”. Hablar de este tema en español y con información confiable es una forma de proteger nuestra salud emocional.
Entonces…

El Winter Blues es común en Massachusetts, pero no debemos normalizarlo cuando empieza a afectar nuestro bienestar. La evidencia científica es clara: la luz, la actividad física y la psicoterapia especializada pueden ayudar enormemente. Mientras que el winter blues suele ser leve, el SAD es un trastorno depresivo que SÍ requiere evaluación y atención profesional. La clave está en prestar atención a la intensidad de los síntomas y cómo impactan nuestra vida diaria.
Para nuestra comunidad hispana en los Berkshires, que enfrenta barreras de idioma, acceso y estigma, tener información clara y recursos accesibles puede marcar una gran diferencia. Hablar de salud mental en español es un acto de cuidado hacia nosotros mismos y hacia quienes nos rodean.
Recursos locales en los Berkshires (en inglés y algunos con personal bilingüe)

Brien Center(Pittsfield, Great Barrington, North Adams):es el principal proveedor de salud mental en la región. Algunos programas cuentan con personal bilingüe.
Community Health Programs (CHP) :Great Barrington y Pittsfield Servicios médicos y de salud mental culturalmente sensibles. Disponen de personal bilingüe.
Berkshire Health Systems Behavioral Health:Conecta a pacientes con terapeutas y médicos familiarizados con SAD.
Líneas de apoyo
Call or text 988 – Línea de crisis; disponible en español
Massachusetts Behavioral Health Help Line (BHHL) – Atención 24/7
Referencias
Chen, L., Patel, R., & Singh, D. (2024). Light therapy for seasonal affective symptoms: A clinical review. Journal of Affective Disorders, 342, 115–123.
Drew, J. M., Carter, S. L., & Wallace, E. (2021). Physical activity as a protective factor for seasonal affective disorder: A longitudinal analysis. Mental Health & Prevention, 23, 200–208.
Kim, Y., Hollis, R., & McGovern, M. (2025). Latitude, photoperiod, and risk of seasonal affective disorder: A systematic review and meta-analysis. Psychological Medicine, 55(1), 45–58.
Rohan, K. J., Mahon, J. N., Evans, M., & Vacek, P. M. (2015). Randomized trial of cognitive-behavioral therapy versus light therapy for seasonal affective disorder. American Journal of Psychiatry, 172(9), 862–869.
Rohan, K. J., Roecklein, K., & Evans, M. (2023). Long-term outcomes of CBT-SAD compared to light therapy: A 10-year follow-up study. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 91(2), 150–162.
StatPearls Publishing. (2024). Seasonal Affective Disorder. StatPearls.
Wescott, D., Harper, J., & Lane, R. (2023). Sleep patterns and circadian disruption in individuals with seasonal affective disorder. Sleep Medicine Reviews, 68, 101–110.





