Williamstown considera vetar los fuegos artificiales.

WILLIAMSTOWN, Mass. — Mientras la ciudad se prepara para las festividades de fin de año, una conversación inesperada surgió en la reciente reunión del Comité Selecto: la posibilidad de replantear cómo la comunidad celebra el Día de la Independencia. La propuesta llegó durante el periodo de comentarios públicos y abrió un debate que va mucho más allá de la pirotecnia.

En lugar de centrarse primero en cuestiones ambientales, el residente Paul Harsch comenzó recordando cómo Williamstown ha asumido decisiones valientes en el pasado: desde prohibir el consumo de tabaco en restaurantes antes que el resto del estado, hasta eliminar las bolsas plásticas de un solo uso. Para él, estas medidas demostraron que la comunidad puede adaptarse incluso cuando los cambios parecen impopulares al principio. Ese espíritu, dijo, debería guiar ahora una discusión sobre los fuegos artificiales.

Solo después de plantear ese contexto histórico, Harsch expuso sus inquietudes ambientales. Presentó documentación científica que muestra cómo los espectáculos pirotécnicos disparan los niveles de contaminación del aire y cómo afectan a la fauna local. En particular, mencionó investigaciones que señalan que algunas aves abandonan sus nidos desorientadas por las explosiones, y que el aumento de las partículas tóxicas en la atmósfera puede ser significativo durante la noche del 4 de Julio.

El residente también compartió un relato personal que lo impulsa a defender esta causa: la muerte de una mascota durante una celebración de Independencia, un episodio que atribuye al estrés provocado por las detonaciones. Para él, la combinación de daños ambientales, riesgos para las personas y el sufrimiento de animales domésticos y silvestres hace que la discusión sea necesaria y urgente.

Aunque el Comité Selecto no pudo responder, ya que el asunto no figuraba en la agenda de la noche, Harsch insistió en que la comunidad debería cuestionar si los fuegos artificiales siguen representando los valores que desea celebrar. Considera que esta tradición pone en el centro una simbología vinculada a la guerra, algo que adquiere otro peso en un momento en el que conflictos internacionales siguen desarrollándose frente a los ojos del mundo. Por ello, llamó a Williamstown a reflexionar y, si es necesario, dar otro paso audaz sobre esta materia.