North Adams busca prohibir las mini botellas de licor.
- alexahnder
- 26 sept
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En North Adams, las diminutas botellas de licor conocidas como nips han encendido las alarmas locales y un debate que va más allá de la basura callejera. El jefe de policía, Mark Bailey, propuso ante el Concejo Municipal prohibir su venta luego de que aumentaran los casos de intoxicación pública y los arrestos por consumo de alcohol en la vía pública.
Según Bailey, estas botellitas se encuentran en casi todos los casos de conducción bajo los efectos del alcohol y se acumulan en parques, estacionamientos y hasta en zonas escolares.
“No se trata solo de estética; es una cuestión de salud y seguridad comunitaria”, aseguró el jefe policial para Iberkshires.
La propuesta, actualmente en manos del Comité de Seguridad Pública, ha generado opiniones encontradas. Mientras algunos concejales y la alcaldesa Jennifer Macksey consideran que la medida busca recuperar el orden sin afectar al comercio local, otros plantean alternativas como un pequeño depósito o impuesto ecológico por cada envase vendido. La idea no es nueva: ciudades como Falmouth ya reportaron reducciones drásticas de basura tras vetar los nips, y Connecticut aplica desde 2021 un recargo estatal para financiar programas ambientales.

En Pittsfield, la ciudad más grande del condado de los Berkshires, se vivió una discusión similar en 2022, cuando un grupo de concejales impulsó una prohibición que finalmente fue rechazada por presión de los propietarios de licorerías locales. Para muchos comercios, las ventas de nips representan entre el 30 % y el 70 % de sus ingresos, y perderlas sería “devastador”. En lugar de prohibirlas, en el caso de Pittsfield optó en 2025 por endurecer su ley de “contenedor abierto en vehiculo”, otorgando más poder a la policía para sancionar el consumo de alcohol en espacios públicos, una medida que fracasó en frenar el uso de estos envases ya que todavía se pueden ver estos por toda la ciudad.
Se espera que el consejo de North Adams apruebe la medida atajando así un problema de salud pública mediante la restricción. La tensión local entre el bienestar comunitario y la economía local sigue marcando el tono de una conversación en North Adams que, botella tras botella, se ha vuelto ya imposible de ignorar.





